De la evolución tecnológica que busca la eficiencia energética nacen los sistemas de autoconsumo, en donde el propio usuario es el productor del consumo eléctrico de la casa. En este sentido, estas instalaciones se aprovechan de la energía renovable, un recurso gratuito e inagotable que procede de la naturaleza y que se pueden aprovechar para establecer un considerable ahorro en la factura.
El autoconsumo puede ser la solución más sostenible para ofrecer al hogar suministro de luz y gas. De acuerdo con las facturas eléctricas que se reciben cada mes, la calefacción supone casi el 50 % del total del presupuesto a pagar de los recibos, de ahí la importancia que se le establece a reducir la cantidad de consumo en las familias.
La iluminación en el hogar constituye una tarea esencial para dignificar una vivienda. Por esta razón, aplicar las técnicas de energía renovable para instalar un sistema de autoconsumo puede ser de gran utilidad para gastar lo justo y necesario en suministro, además de conseguir una factura eléctrica comprensiva para la economía.
Para conseguir un mejor sistema de iluminación en casa, lo ideal sería apostar por dos tipos de alternativas de autoconsumo especializadas en el consumo eléctrico y que no dependen de la red eléctrica convencional: la energía solar y la energía eólica.
Ventajas de la energía solar
Este sistema transforma de manera directa la radiación solar en consumo eléctrico, a través de lo que se conoce como paneles fotovoltaicos. Su vida media ronda los 30 años y no precisan de una manutención como otras instalaciones que se realizan, por ejemplo, el gas natural, que requiere de un experto cada cierto periodo de tiempo para verificar que todo sigue en orden.
Los paneles solares se colocan en el exterior de una vivienda, ya sea en el tejado como en el patio, y consigue generar la suficiente energía para toda la casa durante todo el día, puesto que recoge la radiación de una fuente inagotable. Como no precisa de la red eléctrica habitual, el usuario puede darse de alta a la luz en el momento en el que lo desee. De hecho, ambos sistemas pueden convivir sin alterar el procedimiento del otro.
La energía solar se compone de baterías que sirven de almacenaje, ya que este sistema genera siempre consumo de más para guardarlo y que se pueda emplear en otros momentos en los que no tiene radiación del Sol, como es el caso de la noche o en días muy concretos de muy mal tiempo. De todas formas este último factor no altera sus funciones, pues pese a que no haya luz solar, la radiación es independiente.
Su precio de mercado se puede regular en bloques de edificio mediante el autoconsumo compartido, una práctica que sin duda alguna beneficia a toda una comunidad de vecinos que puede emplear el sistema de energía solar de manera ininterrumpida y sin alterar el suministro de los demás.
Ventajas de la energía eólica
España es una de las potencias eólicas a nivel mundial gracias a su geografía. Por esta razón, los sistemas eólicos generan una elevada demanda en el mercado y los usuarios cada vez apuestan por esta energía renovable.
La energía eólica aporta iluminación y calefacción luz en las zonas rurales, es decir, en lugares donde el sistema de gas natural no es capaz de llegar. Una de las ventajas que ofrece es que los usuarios reciben subvenciones por instalar este equipo en sus hogares, en un intento por promover el uso de las fuentes renovables.
El viento, un recurso natural y limpio, puede transformarse en suministro eléctrico para el hogar. Como no emite Co2, no contamina el planeta, de manera que se consume una energía limpia y libre de partículas nocivas para la salud.